domingo, 1 de mayo de 2016

EL SANTO ROSARIO


EL SANTO ROSARIO



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« El Rosario de la Virgen María...
es una oración apreciada por numerosos Santos y
fomentada  por el Magisterio. En su sencillez y profundidad,
sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado
una oración de gran significado, destinada a producir frutos
de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de
un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido
nada de la novedad de  los orígenes, y se siente empujado por el
Espíritu de Dios a  «remar mar adentro» (Duc in altum!), para anunciar, más aún, 'proclamar' a Cristo al mundo como Señor y
Salvador,   'el Camino,la Verdad y la Vida' (Jn 14, 6),  el 'fin de
la historia humana, el punto en el que convergen los deseos
de la historia y de la civilización'.» *
« El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su
carácter mariano, es una oración centrada en la cristología.
En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad
de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio.
En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat
por  la obra  de la Encarnación redentora en su seno virginal.
 Con él,  el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la
belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de
su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes
gracias,  como  recibiéndolas de las mismas manos de la
Madre del Redentor ».*


MAGNIFICAT



Inmaculata.jpg (18183 bytes)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amen.




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